jueves, 21 de febrero de 2013

Panna cotta de chocolate

Hoy no os voy a contar nada. Estoy agotada. Ya es jueves y no puedo con mi alma. Suelo empezar la semana cansada por culpa del fin de semana y según avanzan los días me voy quedando sin pilas... El jueves por la noche voy medio zombi y los viernes me quedo dormida casi casi mientras ceno L

¡¡Y me da taaaanta rabia!! Me encantaría estar pletórica durmiendo siete horas al día. Y tener mogollón de horas para poder hacer de todo. Con la de planes y cosas que hay que hacer en esta vida... ¡Jolínnnnn! Y yo venga a dormir...
 
Bueno, tampoco soy tan marmota. Suelo ser capaz de estirar los días más de lo que podría imaginarse. Pero, llegan las once o las doce y zzzzzz. Me caigo.
 
Y yo hoy tenía muchas ganas de enseñaros esta receta de Kanela y Limón y contaros más cositas o echaros otro rollo, qué sé yo, lo que me surgiera, y aquí me veis, van a dar las once de la noche (¡madre mía, las once ya! J) y se me cierran los ojos.
 
Así que, aquí os dejo la receta. Es un postre genial. Queda súper mono y muy vistoso.
 
Lo podéis hacer de chocolate negro o de chocolate blanco. Yo no sabría deciros cuál es mejor. Ya sabéis "para gustos los colores" J




 
 
Ingredientes
 
400 ml nata líquida
100 ml leche
3 hojas de gelatina neutra
50 g azúcar
80 g chocolate
1 sobre de gelatina de fresa
 

 
 
Elaboración
 
Aviso: este postre aunque es de preparación sencillísima, necesita que seamos bien previsores ya que necesitaremos por lo menos un par de horas para que endurezca la gelatina de los corazones antes de ponernos manos a la obra, otra media horita o así antes de echar la panna cotta en las copas y unas cuantas horas (no sé en realidad cuántas porque yo lo dejo toda la noche) para que la panna cotta solidifique.
 
Así que, empezamos disolviendo el contenido del sobre de gelatina de fresa en la mitad de agua que ponga en las instrucciones. En mi caso, era gelatina Royal y pone que se disuelvan los polvos de la gelatina en 250 ml de agua hirviendo y que después se añadan otros 250 ml de agua. Así que, yo me quedé en disolver el contenido del sobre en los 250 ml de agua hirviendo y no eché más.
 
Una vez disueltos, echamos el líquido en una fuente grandecita de manera que la altura sea de unos 5 o 6 mm (o al gusto. Esto es orientativo J) y lo metemos en la nevera para que solidifique.
 

 
Cuando haya endurecido la gelatina (por lo menos un par de horas) ya podemos empezar a preparar la panna cotta.
 
Y, como esta receta está pensada para gente previsora, antes de lanzarnos a nada más, pondremos las tres hojas de gelatina a hidratar (en cristiano, meteremos las hojas de gelatina en un bolecito con agua) para que mientras estamos en el fuego la gelatina se quede en el agua por lo menos cinco minutillos y se reblandezca.
 
Ahora sí, pondremos a calentar en un cazo la nata junto con el chocolate removiendo para que no se pegue.
 
Cuando se haya derretido el chocolate, echamos las hojas de gelatina y retiramos del fuego.
 
Añadimos la leche y el azúcar y removemos bien para que se disuelva todo.
 
Dejamos enfriar esta mezcla. Y cuando digo dejamos enfriar, digo dejamos enfriar... La primera vez que lo hice, con la emoción, en cuanto templó, preparé la copa con el corazón de gelatina de fresa y lo vertí... Y a los minutos, mi corazoncito rojo empezó a languidecer y... ohhhhh, se diluyó en el líquido L
 
 
Así que dejamos enfriar el líquido. No os emocionéis y lo dejéis horas y horas porque solidificará y os quedará una panna cotta ideal pero con una presentación terrible en un cazo J
 
Ahora sacamos la gelatina de fresa que teníamos reservada en la nevera y con ayuda de un cortador de galletas, vamos cortando corazones, estrellas, lunares... lo que queráis y lo que os apetezca en el momento.
 
Con ayuda de una espátula levantamos nuestras figuras y una a una las vamos pegando en el interior de las copas o de los vasos. Os asombraréis de lo fácil que es. Se quedan quietecitas, quietecitas. Es más, tienden a pegarse en cuanto entran en contacto... Aunque sin problema, porque igual que se pegan, se despegan. 
 
Por último, rellenamos las copas con la panna cotta y las dejamos enfriar en la nevera toda la noche.
 

 
 
¡Qué aproveche!
 
PD. Repasando el post me he dado cuenta de que va cargadito de emoticonos... Y es que no lo puedo evitar. Cuando os escribo es como si os estuviera hablando, cara a cara, y, los que me conocéis sabéis que soy muy expresiva y que me encanta sonreir (faenón, me veo en súper breve con unas patas de gallo que ya ya) y con estas caritas puedo ser más yo  J J J
 
 
 
 

viernes, 15 de febrero de 2013

Croissants exprés rellenos de chocolate... ¡¡Cuidado con el ayudante que elijáis!!

Acabo de terminar de limpiar el suelo de mi cocina. Casi diez minutos frota que te frota, a la antigua usanza, arrodillada en el suelo y dejándome el brazo de tanto apretar...¿Queréis saber por qué? Preguntádselo a mi ayudante-mediano-come-chocolate.
 
 
Hace unos días vi en el blog de Vanessa, Bon profit Mallorca, una receta sencillísima de croissants rellenos de chocolate y pensé que el viernes era un día estupendo para hacerlos con los niños para merendar.
 
Así que hemos llegado del cole y nos hemos puesto manos a la obra. En realidad, de mis tres ayudantes solo se ha quedado conmigo el mediano (yo creo que por el reclamo del chocolate...) dando vueltas y vueltas a mi alredor.
 
Y, ya sabéis como es con los niños, después de un ratín sin tenerle enredado entre mis piernas y mis brazos, me he preocupado: tanta tranquilad... ¡es para preocuparse!
 
 
Me he girado hacia la mesa y le he pillado rebañando con los dedos mi bol súper glamouroso de Duralex verde.
 
Pero, ¡Edu! ¿¿qué haces??
 
Y, ya os podéis imaginar, pedazo de susto, ohhhhh, y, plofffff!!!!!
 
El bol se ha caído al suelo haciéndose mil pezados (eso es lo que tiene el Duralex...) salpicando chocolate por toooooda la cocina...
 
Desastre total. Qué os puedo contar del panorama. Desolador.
 
 
Lo peor ha sido que entre que he recogido todos los cristales (o eso creo, porque seguro que mañana y pasado y al siguiente siguen apareciendo cristalitos por los sitios más insospechados) y he revisado los calcetines de mi ayudante, el chocolate que era chocolate derretido, se había secado y estaba PEGADO al suelo...
 
Os juro que si hubiese podido, habría puesto el suelo en remojo con agua caliente un rato para despegarlo, pero como no era plan de inundar la cocina... pues ahí me veis, frota que te frota con la bayeta :-)
 
Pero, a lo que vamos, esta es una receta exprés para hacer unos croissants rellenos de chocolate espectaculares.
 
 
¿Quién no tiene en su casa un bote de Nocilla o de Nutella?... Vale, me habéis pillado: yo, yo no tengo.
 
Amplío la pregunta: ¿quién no tiene en su casa un bote de Nocilla o de Nutella o una tableta de chocolate?
 
Pues eso, con un poco de chocolate, un paquete de masa de hojaldre redondo y un huevo, podéis estar a media hora de tener unos croissants riquísimos.
 
Ingredientes
 
Os los acabo de decir :-)
 
- Nocilla, Nutella o tableta de chocolate
- Masa de hojaldre redonda
- Un huevo
 
Elaboración
 
 
Precalentamos el horno a 180º con calor por arriba y por abajo.
 
Extendemos la masa de hojaldre y la aplastamos un poco con el rodillo.
 
Cortamos la masa en doce triangulitos, para que salgan mini croissants o menos partes si los queremos más grandes.
 
Echamos una cucharadita de Nocilla o Nutella en cada triángulo.
 
Si no tenemos Nocilla o Nutella, derretimos al baño maría el chocolate de tableta. Una onza para cada triángulo más o menos. De chocolate negro, con leche o blanco. Al gusto.
 
 
Enrollamos los triángulos empezando por la parte ancha.
 
Torcemos las puntitas de los croissants.
 
Toda esta operación la podemos hacer directamente en el papel en el que viene la masa del hojaldre. Si, como yo, habéis sido poco cuidadosos con el papel, montad los croissants sobre papel de plata.
 
Batimos el huevo y pintamos los croissants.
 
Los llevamos al horno y dejamos hornear entre 20 y 25 minutos. Hasta que queden doraditos.
 
¡Listo!
 
¡Pasad buen finde y animaos a preparar estos croissants!
 
 
 

domingo, 10 de febrero de 2013

¡Tres premios!


Todavía estoy que no me lo creo... ¡¡En menos de diez días me han dado TRES premios!! 

Este mundo de los blogs, por lo menos de los blogs de cocina y del craft, que es por donde me muevo yo principalmente, es totalmente adictivo. Hace unos días les comentaba a unas compañeras de trabajo lo que me gusta y me alegra el día cada vez que alguien me deja un comentario en un post, o descubro a un nuevo seguidor en el blog o en facebook. No sé qué tiene esto de la blogosfera, pero llena. Te abre paso a un mundo paralelo en el que en el 99,99% del tiempo te rodeas de un mundo "rosa". Donde todos nos esforzamos por compartir lo que hacemos, lo que hemos aprendido y somos muy agradecidos para con los demás. A fuerza de pasear por los blogs, en ocasiones, terminas haciendo amistades virtuales. Y eso, engancha. Os lo puedo prometer.

Y, si procedente de este mundo, te caen una suerte de premios que, de alguna manera, vienen a valorar tu "trabajo" de amateur... ¡el sentimiento es increíble! Es muy, muy gratificante.

Los premios que han recaído en este blog son dos Best Blog y un Liebster Blog.

Por orden cronológico, los premios Best Blog me los han concedido Ana de De la cocina de Ana e Isabel de Me reservo para el postre...¿ no?

A Ana, de De la cocina de Ana, la conocí hace poquito y precisamente a través de Isabel, de Me reservo para el postre...¿o no? y os aseguro que me ha cautivado. Tiene un blog muy completo, con recetas deliciosas tanto dulces como saladas. 

Y de Isabel ¿qué os puedo decir? Es sencillamente genial. Ha empezado no hace mucho con su blog pero viene pisando fuerte tanto con recetas dulces como saladas.

 

Este premio conlleva contestar a unas preguntas y concederlo a su vez a cinco blogs que tengan menos de 200 seguidores.

Las preguntas con mis respuestas son estas:

¿Qué te gusta más cocinar, postres o platos de cuchara?
Cocinar, me gusta cocinar las dos cosas. Hacer postres es muyyy creativo. Pero, para comer... me quedo con los platos de cuchara sin ninguna duda :-)

¿Qué es lo más importante para ti en una persona, personalidad o físico?
La personalidad, aunque hay que reconocer que el físico es la carta de presentación.

¿Cuándo empezaste el blog?
Aunque no lo parezca, hace más de un año. Mi primer post lo publiqué el 27 de noviembre de 2011.

¿Quién fue la persona que te inspiró para empezar en este mundo?
Pues, la verdad, tanto del gusanillo por los cupcakes como de la obsesión por tener un blog propio, la responsable fue Alma, de Objetivo: cupcake perfecto.

¿Sueles seguir muchos blogs o te llegan los seguidores por otras personas que te han conocido?
Un poco de todo aunque ya me gustaría a mí tener más tiempo para poder seguir más blogs...

¿Qué te gusta más, cocinar o que te cocinen?
¡¡Uy!! ¡¡Qué difícil!! Me encanta cocinar, y no solo dulce, pero que me cocinen tiene también su aquél. Y si quien cocina es mi marido, mi suegra, Edel... ¡qué más puedo pedir!

¿Comes en casa o en trabajo?
Uff, depende del día, de lo que tenga que hacer después del trabajo. Aunque, si me quedo a comer en el trabajo, me gusta ser de la generación "tupper" y me llevo la comida de casa. ¡Así no como mal ningún día!

¿Sueles hacer recetas de verdura?
Rotundamente sí. De una manera u otra, todos los días comemos o cenamos algo de verdura.

¿Cuál es tu mejor receta?
¡Ay, no lo sé! Preguntadle a quienes disfrutan (?) de lo que hago...

¿Qué le pides a una persona para que sea tu amiga?
Pedir, pedir, nada. Yo no pido nada. La amistad surge. O fluye o no fluye. Y una vez consolidada, lo único que puede hacer que perdure es la generosidad a todos los niveles.

¿Cuál es la mejor película que has visto?
Si es que yo no soy de "mejor", "peor", "preferido"... Eso es muy difícil de decidir... Por depender, depende hasta del momento en que me lo pregunten... Pero, por afinar un poco la respuesta, sí puedo decir que me gustan mucho más las películas de "relaciones personales" (como dice mi marido cuando se quiere reír de mí) que las de ciencia ficción.

Y, con esto, ya concocéis un poquito más de mí :-)

Además, este premio, para no romper la cadena y seguir "ayudando" a promocionar otros blogs, se ha de conceder a otros 20 blogs que tengan menos de 200 seguidores.

Aquí me tendréis que disculpar, pero no sigo ni conozco tantos blogs con menos de 200 seguidores... Y dar el premio así al tun-tun a cualquier blog solo por no tener muchos seguidores, no me parece justo. Así que, mi reducida lista de premios es la siguiente:


Y, el tercer premio ha sido un Liebster Blog que me ha llegado de la mano de Arae de Aliño con cariño. A Arae no la conocía. Ha sido gracias a este premio que se ha dejado ver por mi blog y por el que yo he tenido la oportunidad de conocerla y descubrir su maravilloso blog.
 

La concesión de este premio implica también otorgárselo, en este caso, a otros cinco blogs "pequeños" de menos de 200 seguidores.

Para este premio he seleccionado a estos cuatro blogs:

Me reservo para el postre...¿o no?
Merengue y Frambuesa.
Los Mundos de Momó.
Miscamusca.



Millones de gracias a todos por leerme y por dedicar un poquito de vuestro tiempo a escribirme unas palabras. ¡Me hacéis muy FELIZ!
 

sábado, 2 de febrero de 2013

La receta de la Red Velvet... ¡por fin!

Hace ya varias semanas os enseñé la tarta Red Velvet y os dije que si queríais la receta, os la traería. Y, como alguno de vosotros os habéis interesado... ¡pues aquí está!
 
Como comprobaréis por las fotos, esta de aquí es una distinta.
 
Sí. La he vuelto a hacer. Es una delicia y os puedo asegurar que triunfa ^_^
 
Ya os dije que aprendí a hacer esta tarta en Rincón Goloso (una tiendita-taller genial de Madrid) de la mano de Luis Olmedo. Os recomiendo que os deis un paseo por su blog, My European Cakes. Lo ha iniciado hace poco y está volcando en él toda su sabiduría, que, creedme, es mucha.

Ingredientes
 
Bizcocho (dos moldes de 18 cm o uno de 24cm)
 
  115 g mantequilla en pomada
♥   300 g azúcar
   2 huevos L
   1 cucharadita de esencia de vainilla
   ½ cucharadita de sal
   15 g cacao en polvo tipo Valor
   Buttermilk: receta casera: 240 ml leche entera del tiempo y 15 ml (una cucharada) de limón
   1/2 cucharadita de colorante Extra Red de Sugarflair en gel
   250 g harina
   1 cucharadita de bicarbonato + 2 cucharaditas de vinagre blanco de vino

 
Relleno y cobertura
 
  500 g queso Mascarpone
   100 g azúcar glas
   100 g queso blanco tipo Philadelphia
   400 ml nata para montar de 35%



Elaboración
 
Bizcocho  (dos moldes de 18 cm)
 
Para que no se nos olvide: precalentamos el horno a 165º.
 
Iniciamos el cremado mezclando con varilla, por este orden, la mantequilla en pomada, el azúcar hasta conseguir una pasta cremosa. Seguimos incorporando los huevos, la esencia de vainilla, la sal y el cacao.
 
Engrasamos los moldes que vayamos a utilizar con mantequilla. Como este bizcocho es muy pegajoso, forramos los moldes con papel de hornear, que se quedará bien pegadito tanto a los bordes como a las paredes gracias a la mantequilla.
 
Ahora preparamos el buttermilk. Para ello echamos en la leche (que estará a temperatura ambiente) el zumo del medio limón. Así la leche espesará un poco y quedará con consistencia de yogur líquido.
 
Echamos la 1/2 cucharadita de colorante Extra Red de Sugarflair al buttermilk.
 
Añadimos el buttermilk coloreado a la masa.
 
Incorporamos la harina tamizada a la mezcla con movimientos envolventes suaves y no mucho tiempo. Lo justo para conseguir que se integre.


Para la elaboración de este bizcocho no se utiliza levadura química para impulsarlo y lograr que suba. Para ello, en su lugar, se emplea una mezcla de vinagre con bicarbonato. Esto tiene su explicación química que Luis explica genial en su blog. Pasaos por él y aprenderéis el por qué.
 
Es importantísimo ahora ser RÁPIDO, así que echamos el bicarbonato sobre la masa y acto seguido el vinagre (reaccionará haciendo burbujitas) y, para que no pierda las propiedades, removemos rápidamente para integrarlo.
 
Repartimos la masa entre los dos moldes procurando ser lo más equitativo posible (si hace falta, pesáis la masa y lo hacéis al gramo, pero no os olvidéis que hay que ser rápido para que no pierda las propiedades el bicarbonato).
 
Y, al horno precalentado a 165º unos 50 o 55 minutos. (Colocamos la bandeja a una altura media con calor por arriba y abajo).
 
Una vez horneado, dejamos enfriar sobre una rejilla.
 
Cuando esté frío, lo envolvemos en papel film y lo reservamos en la nevera unas horas o la noche entera, como mejor os organicéis.
 
Relleno y cobertura

Llegado el momento, nos ponemos con el relleno y cobertura de la tarta. 
 
Mezclamos bien todos los ingredientes, incorporándolos en el orden en el que los he escrito, con el robot con la varilla un buen rato. Irá espesando y haciéndose cremoso. Con estas proporciones, obtendremos un frosting nada dulce ni empalagoso.


Montaje de la tarta

Sacamos los bizcochos de la nevera y con ayuda de una lira (o en su defecto, de un buen y afilado cuchillo) dejamos lisita la parte superior y cortamos los dos moldes por la mitad. Obtenemos así cuatro trozos de bizcocho.

¡Ahora empieza lo divertido!

Si tenemos plato giratorio, colocamos la base donde irá la tarta y sobre ella el primer trozo de bizcocho y ¡cubrimos de relleno! Con ayuda de una espátula angular, nivelamos.

Seguimos colocamos base de bizcocho – crema – bizcocho – crema… Así hasta terminar.

Cubrimos bien de crema los laterales de la tarta y lo dejamos todo lisito.

Y ya toca decorar. Al gusto. Imaginación al poder…


Aunque la receta ha quedado un poco larga, no es nada difícil. De verdad. ¡Y es un éxito seguro! Si os atrevéis, ¡contádmelo!